1. ¿Estás persiguiendo tus metas?
Tienes que tener claros cuáles son tus objetivos y cómo quieres alcanzarlos. Tu empresa debe de buscar el crecimiento en base a las metas que te has marcado. Será lo que haga que cada día estés motivado y muestres un mayor compromiso con lo que haces. Irás a trabajar con ilusión y se reflejará en tus triunfos.

2. ¿Tienes los conocimientos en el sector?
La respuesta a esta pregunta siempre tiene que ir a más. Es decir, tienes que intentar seguir aprendiendo cada día y ampliar tus capacidades. Conoce el mercado al que te diriges e infórmate de las nuevas tendencias. Es una forma de que tu negocio esté en consonancia con la realidad y consigas beneficios.

3. ¿Qué errores has cometido mal?
Los fracasos no tienen porqué ser puntos negros en tu carrera profesional. Forman parte de tu vida como empresario y tienes que saber obtener lo mejor de cada uno de ellos. Reconoce tus errores como una forma de aprendizaje que forma parte de tu experiencia. Tienes que ser consciente de que no todo saldrá como has planificado. Inténtalo tantas veces como sea necesario.

4. ¿Tienes fuerza para continuar?
El camino hacia el éxito puede ser largo o, por el contrario, llegar de forma inesperada. No está en tus manos saber cuál será tu destino pero sí, hacer todo lo posible para conseguir lo que te propones. Tienes que estar preparado para afrontar diferentes situaciones y tomar las decisiones acertadas. Un empresario dedica gran parte de su tiempo a su empresa, tenlo en cuenta.

5. ¿Eres un buen jefe?
Aunque creas que no tiene importancia, los líderes con notables capacidades son más valorados por su equipo. No sólo se fijarán en tu forma de dirigir el negocio sino en tu humanidad para relacionarte con tus empleados. Si creas un entorno de trabajo distendido, con compañerismo e flexible, el rendimiento laboral será más efectivo.