Obviamente, en un lugar de trabajo sería complicado guardar estas cosas, o incluso nos tacharían de locos, aunque realmente quisieran hacer lo mismo. Hay que saber guardar las apariencias, pero por desear…

1. La cafetera de tu casa. No, no sabe igual que el de la máquina del trabajo, por muy bueno que esté. El café hecho en casa tiene un sabor diferente que normalmente relacionamos con la tranquilidad.

2. Un televisor o una radio. Hay muchos trabajadores a los que les gusta estar informados, y a las horas de los informativos están en la oficina. Al final se pierde más tiempo buscando en Internet lo que ocurre en el mundo que tomar un descanso para informarte a través de los medios audiovisuales.

3. Un “punching ball”. Lo hemos vistos en los despachos en algunas series y películas, pero en la realidad nadie (o casi nadie) tiene un saco de boxeo para golpear cuando está estresado. Aunque la verdad, todos desearíamos tener uno…

4. Unas pelotas anti-estrés. De lo que hemos dicho, es lo más fácil para llevarse a la oficina. Guárdalas en un cajón y cuando te sientas estresado haz ejercicios con ellas, te ayudarán a relajarte.

5. Una silla adecuada a tu cuerpo. Depende de la persona, las sillas que ofrecen en el trabajo pueden resultar muy incómodas. Están creadas para un prototipo, y el cuerpo de cada persona es diferente. Si tienes problemas musculares, seguramente te permitan llevar tu propia silla.