1. Distracción constante
Tiene la cabeza en cualquier parte menos en el trabajo que está realizando. Obviamente en una empresa pequeña es más fácil ver un tipo de síntoma como éste. Una persona que ha perdido la motivación (o que está comenzando a perderla) se distrae fácilmente e incluso busca distraer a los demás.

2. Falta de iniciativa
Un empleado pierde la motivación cuando deja de tener interés e iniciativa. Cuando deja de participar como lo había hecho hasta el momento. Cuando dejan de interesarle los nuevos proyectos en los que se involucra la empresa. ¡Cuidado!

3. Continuos retrasos
Parece un síntoma menor, pero cuando un empleado comienza a llegar tarde a su puesto de una forma sistemática es que algo malo sucede. Ha dejado de importarle los posibles problemas que le pueda acarrear hacerlo, entre otras muchas cosas.

4. Bajo rendimiento
Cuando una persona está desmotivada en su trabajo, baja considerablemente su rendimiento. Dejan de ser capaces de abarcar todo lo que hacían hasta el momento, dejan el perfeccionismo de lado y no les importa hacer las cosas de una forma mediocre con tal de quitársela de encima.

5. Malos resultados
Por último, todo lo anterior junto llega a unos malos resultados. ¿Para quién? Para él, pero sobre todo para la empresa. La clave está en identificar cualquiera de estos síntomas a tiempo para solucionarlos antes de llegar a éste último.

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