1. Fíjate en tu cualificación
La formación con la que cuentes será la que determine si estás capacitado para afrontar un puesto de trabajo u otro. No sueñes con ser el jefe de un negocio si no tienes los conocimientos adecuados para ello. Si de verdad quieres un puesto de nivel, sigue aprendiendo y masificando tus habilidades.

2. No te añadas méritos
Las mentiras, tarde o temprano, suelen salir a la luz. No engordes tu currículum con trabajos que nunca has realizado, ni presumas en tus entrevistas de logros que jamás has conseguido. Valorarán más tu sinceridad y la motivación con la que te enfrentes al trabajo.

3. Te crees más sabio que otros
Está bien que confíes en tus posibilidades y creas que puedes realizar un buen trabajo. De ahí a sentirte superior hay una gran diferencia. No elimines de tu lista los empleos que consideras que son demasiado bajos para ti. Nunca sabes dónde pueden estar las oportunidades.

4. Atento a la situación del mercado
Tienes que saber en cada momento qué es lo que precisa el mercado y defender por qué eres tú la persona que necesitan. Lo que ponga en tu currículum te abrirá puertas pero no está todo hecho. Ten los pies en la tierra y demuestra que te has preparado la entrevista. La competencia es grande y tienes que saber diferenciarte.

5. No cierres puertas
Suele pasar que, cuando buscas un trabajo, te limitas a acceder a las ofertas de trabajo relacionadas con tu sector. Es una actitud soberbia pensar que nunca trabajarás en algo diferente a tu formación. Nunca se sabe. Tienes que aprender a dominar esta situación y pensar en la posibilidad de ampliar tus conocimientos a otros ámbitos laborales.